Introducción: El empleo de los inhibidores de la bomba de protones (IBP), que se ha incrementado en un 500% entre 2000-2012, no siempre cumple con las indicaciones recomendadas. El objetivo del estudio fue conocer el porcentaje de prescripción adecuada en los pacientes tratados con IBP e identificar las situaciones más frecuentes de sobreuso.

Métodos: Estudio observacional retrospectivo. Incluimos datos demográficos y clínicos obtenidos de la anamnesis y la historia clínica de atendidos consecutivamente en el Servicio de Urgencias por diferentes motivos.

Resultados: 300 pacientes fueron incluidos, 51% varones con edad media de 73,4 años (rango 18-98). En un 48% se identificó al menos un motivo de tratamiento recomendado: profilaxis de enteropatía por AINES o AAS (P-AA) (67,3%), reflujo gastroesofágico (15,2%) y dispepsia funcional (7,6%). En mayores y menores de 60 años la causa más frecuente era la P-AA (73,9% vs 41,4%) (tabla). En varones la indicación era correcta en 57,2% vs 42,8% en mujeres (p = 0,46), siendo la indicación más frecuente en ambos la P-AA (75,3% vs 57,1%). En un 3,7% el H. pylori había sido erradicado. De los pacientes polimedicados (≥ 4 fármacos) el 55,2% tomaba IBP sin indicación. El 90,6% realizó un tratamiento durante > 1 mes, donde la indicación más frecuente, era la P-AA (69,3%). Los genéricos constituían un 94,5% del total, siendo el omeprazol el más empleado (86%) y la dosis más frecuente empleada omeprazol 20 mg (84,3%). En el 91,7% el IBP se administraba cada 24 horas, un 5% cada 12 horas y un 3,4% “a demanda”. El facultativo que indicó el IBP era de Primaria en el 56% de los casos, el digestivo o cardiólogo (21,8%), neurólogo (2,4%), internista u oncólogo (1,7%) y no pudo identificarse en el 6%. Ningún paciente refirió efectos adversos por IBP ni contaban en las historias clínicas.

Conclusiones: La prescripción de IBPs es muy frecuente, sin embargo, su indicación debería ser revisada, dada la alta tasa de sobreuso de dicho de fármaco.