El pasado diciembre de 2019, la ciudad de Wuhan, China se convertía en el centro de una epidemia posteriormente designada como coronavirus desease 2019 (COVID-19) por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y declarada como pandemia el 11 de marzo de 20201–3. Con las medidas de aislamiento implantadas ante la situación se ha visto afectada parte importante de la población estudiantil a nivel mundial4. También fueron interrumpidas las operaciones normales de facultades y escuelas de ciencias de la salud3, sin embargo, al estar estrechamente vinculadas con el enfrentamiento sanitario a la pandemia, deben permanecer activas de una forma alternativa.
Valdez-García et al.5 exponen posibles medidas a implementar por las escuelas de medicina, entre las que se destaca la modalidad de educación a distancia y el apoyo por parte de estudiantes a personas impactadas. No obstante, las universidades de ciencias médicas cubanas han adoptado una postura activa y en algunos aspectos diferente de enfrentamiento al problema.
En Cuba, los planes de formación en ciencias médicas son los mismos en todos los centros educativos del país y la principal forma de organización de la enseñanza que adoptan es la educación en el trabajo, con un gran número de horas dentro del curriculum6. Para mantener este precepto, y teniendo en cuenta las limitaciones tecnológicas existentes en el territorio donde no se puede implementar la telemedicina o consulta y asesoramiento médico vía on-line, los estudiantes de medicina, estomatología, enfermería y tecnologías se han incorporado a labores de pesquisaje de síntomas respiratorios en la comunidad, sin abandonar el estudio a distancia de los contenidos docentes que normalmente deberían ser recibidos en esta etapa.
Para realizar estas pesquisas, se garantizó los medios de protección y capacitación para todos los implicados, donde aquellos con enfermedades crónicas fueron destinados a otras tareas sin contacto directo con la población. Entre las bondades y beneficios que se rescatan de la actividad, se señalan:
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Continuar la formación médica en vinculación con el paciente, ganando habilidades y competencia profesionales, al ser capaz de relacionarse con la comunidad.
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Detección de las enfermedades respiratorias agudas, entre ellos casos sospechosos de COVID-19.
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Trabajo con grupos vulnerables, especialmente la población envejecida que vive sola, con desarrollo del valor humano.
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Elaboración de materiales educativos para la promoción y prevención de la enfermedad.
La vinculación del estudiantado cubano a las labores de saneamiento poblacional ha contribuido a que las cifras de infección se mantengan por debajo de lo pronosticado, permitiendo un mayor control de los casos sospechosos y su debido aislamiento. Si bien otros territorios pueden adoptar medidas similares o no, la lucha contra la COVID-19 debe ser tarea de todos los que están relacionados a la atención sanitaria, cada uno desde su posición.
Este trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflictos de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de interés.