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Vol. 21. Núm. 5.
Páginas 306-312 (septiembre - octubre 2020)
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Vol. 21. Núm. 5.
Páginas 306-312 (septiembre - octubre 2020)
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Sustancias inhibidoras de sueño, hábitos de estudio y rendimiento académico en estudiantes de medicina y enfermería de universidades de la ciudad de Barranquilla, Colombia
Sleep-inhibiting substance, study habits and academic performance in medical and nursing students from universities in the city of Barranquilla, Colombia
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Nancy Arrieta-Reales
Autor para correspondencia
narrietar@unimetro.edu.co

Autor para correspondencia.
, Guadalupe Arnedo-Franco
Programa de Enfermería, Universidad Metropolitana, Barranquilla, Colombia
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Estadísticas
Tablas (6)
Tabla 1. Hábitos de estudio
Tabla 2. ¿Consumen o no sustancias inhibidoras del sueño?
Tabla 3. Tipo de sustancia inhibidora de sueño
Tabla 4. Momentos en que consumen las sustancias inhibidoras de sueño
Tabla 5. Frecuencia de consumo de sustancias inhibidoras de sueño
Tabla 6. ¿Debido a la ingesta de sustancia inhibidoras de sueño han obtenido mejor rendimiento académico?
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Resumen
Objetivo

Determinar el uso de sustancias inhibidoras del sueño, los hábitos de estudio y el rendimiento académico en los estudiantes de II y III semestre de Medicina de universidades de la ciudad de Barranquilla.

Método

Se evaluó una muestra de 463 estudiantes (Universidad Metropolitana 199 estudiantes y en la Universidad Simón Bolívar 264 estudiantes). El instrumento fue diseñado por las investigadoras y validado por un grupo de 10 expertos mediante el método Delphi. Para la evaluación de los resultados se realizó un análisis de tendencia central a cada una de las variables.

Resultados

Hubo mayor predominio del rango etario entre los 18-21 años con el 62%; el género de mayor prevalencia fue el femenino un 72,14%; en promedio el 67% de los estudiantes no tienen buenos hábitos de estudio; el 30% consumen sustancias inhibidoras de sueño; la cafeína ocupa el primer lugar, seguido de las bebidas tipo cola y las energizantes; y, el 72,86% indicaron que han obtenido mejores resultados académicos por el consumo de estas sustancias.

Conclusión

Existe la presencia de un multiconsumo de sustancias inhibidoras de sueño por los estudiantes, situación que pone en riesgo su salud integral.

Palabras clave:
Sustancias psicoactivas
Sustancias inhibidoras de sueño
Sueño
Estudiantes de medicina
Estudiantes de enfermería
Abstract
Objective

To determine the use of sleep-inhibiting substances, study habits and academic performance in the students of the 2.nd and 3.rd semesters of University Medicine of the city of Barranquilla.

Method

An assessment was made on a sample of 463 students (Metropolitan University 199 students. and the university Simón Bolívar 264 students). The survey tool was designed by the researchers and validated by a group of 10 experts using the Delphi method. For the evaluation of the results, a central tendency analysis was carried out on each of the variables.

Results

There was a greater prevalence (62%) in the age range between 18-21 years. Females had a higher prevalence (72.14%). On average, 67% of students did not have good study habits, with 30% consuming sleep-inhibiting substances, and caffeine occupying the first place, followed by cola-type beverages and energizers. Around three-quarters (72.86%) indicated they have obtained better academic results by consuming these substances.

Conclusion

There is multiple use of sleep-inhibiting substances by the students, a situation that puts at risk their integral health.

Keywords:
Psychoactive substances
Sleep inhibitors
Sleep
Medical students
Nursing students
Texto completo
Introducción

Las sustancias psicoactivas, son definidas por la World Health Organization, como sustancias que al ser tomadas pueden modificar la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento de un individuo1. Sin embargo, el uso de algunas de ellas tiene un gran arraigo cultural, como es el caso del alcohol, la cafeína y el tabaco. Condición que quedó demostrada en el estudio Nacional del Sustancia Psicoactivas realizado en Colombia en 2013, al evidenciar que el alcohol y el tabaco son las sustancias de mayor consumo en el país2.

Asimismo según Lara-Hidalgo et al., el consumo de sustancias psicoactivas se ha incrementado entre los jóvenes profesionales de la salud y se estima que entre el 10 y el 15% de todos los profesionales de la salud pueden haberlas usado en algún momento de su vida profesional3.

Los estudiantes a su ingreso a cursar los estudios universitarios de acuerdo a

Milian-Polanco, vienen con características personales, familiares, académicas y habilidades, que influyen en su desempeño académico, teniendo en cuenta, que los compromisos a enfrentar son mayores a los del bachillerato, asimismo las exigencias para el logro de las metas académicas4.

Los autores del estudio de Ríos et al., identificaron que la deserción temprana durante los dos primeros semestres o años de la carrera de Medicina, se deben principalmente a variables académicas5. Otra situación indicada por diversos investigadores fue que tanto las condiciones de estudio como la adaptación a la institución universitaria y las estrategias de aprendizaje son decisivas en el éxito escolar6.

Por otra parte Pillacela-Zhunio y Rojas-Campoverde, indicaron que los estilos de vida en los universitarios se modifican según se acerca el periodo de exámenes, conllevándolos a la búsqueda de estrategias de aprendizajes que puedan o no influir en hábitos poco saludables, orientados a poder cumplir con las exigencias requeridas7.

No obstante, es el estudiante quien decide aplicar una estrategia para su estudio o no hacerlo, esto de acuerdo a lo que él considere como probable éxito en el examen e incluso, puede revisar el contenido solo el día en el cual se llevará a cabo la evaluación, lo que incidiría de manera directa en su rendimiento8.

Para la Organización Mundial de la Salud, uno de los hábitos más frecuentes es la ingesta de café, cuyo componente activo es la cafeína y es consumida frecuentemente por los profesionales de las ciencias de la salud de muchos países, empleándola para despertar y empezar sus labores de manera activa. El consumo mundial está estimado en un 30% de la población9.

En el mercado se encuentran un sinnúmero de refrescos con cafeína, incluso aquellos denominados como bebidas diet o light, contienen entre 15-35mg/180ml de cafeína. Pero las bebidas energéticas son las de más alto contenido de cafeína, ejemplo de ello es el Red Bull® contiene 80mg de cafeína en 250ml10.

Además de la cafeína, existen otros psicoestimulantes de fácil acceso y de mayor empleo, tanto lícitas como ilícitas: las pastillas inhibidoras de sueño (anfetaminas), marihuana, cigarrillos, bebidas energéticas a base de taurinas, entre otros. Investigadores han encontrado que el sexo de mayor predominio para el consumo de sustancias en universitarios es el femenino correspondiente a un 55% y el masculino con el 45%, los menores de 20 años es el grupo etario de mayor porcentaje con el 43% seguido del grupo entre 21-25 años con un 39,1%11. Al respecto, Cuesta-Ortín y Antón-López, indicaron, que el consumo lo realizan los estudiantes para mejorar su rendimiento académico y estar activos por más tiempo12.

Concuerdan con las afirmaciones anteriores Ramón-Salvador et al., al manifestar que los individuos que ingieren sustancias inhibidoras de sueño (SIS) como las bebidas energéticas, lo hacen con el fin aumentar la resistencia física, incrementar el nivel de concentración, mejorar el estado de alerta mental, impedir el sueño, entre otras. Por ende, los grupos más expuestos a excederse en su uso son los deportistas, las personas que realizan largas jornadas de trabajo y los estudiantes universitarios13.

El consumo de bebidas energizantes también suele darse con alcohol, lo cual es muy peligroso para la salud, al ser el alcohol un depresivo y la bebida energética un estimulante, cuyos efectos posteriores producen una alta deshidratación al ser esta mezcla un potente diurético14.

Los resultados del estudio realizado por Ramón-Salvador et al., en 150 estudiantes evidenció que el 76% consume bebidas energéticas y fue igual tanto en hombres como en mujeres; el motivo por el cual la ingieren se encuentra en primer lugar con un 36% cuando estudian, el 33% en período de exámenes, el 20% al realizar sus tareas y el 11% en cualquier momento; asimismo el 78% indicó que las consumen de 1 a 2 veces por semana, un 18% de 3 a 5 veces por semana y un 4% las consume todos los días13.

En el estudio realizado por Buchanan y Pillón, en estudiantes de Medicina en Honduras, encontraron el consumo de drogas lícitas e ilícitas. Dentro de las sustancias lícitas, en primer lugar encontraron la cafeína con el 85%, seguida por la Coca-Cola con el 58%, el tercer y cuarto lugar lo ocuparon el té/mate y las bebidas energizantes con el 46,1% cada una. No hubo diferencias significativas entre los sexos. Con referencia al uso de drogas ilícitas, el primer lugar es el de los usuarios de la marihuana con 4,6%, cocaína el 1,9%. En cuanto a drogas psicotrópicas sin prescripción médica, ocuparon inductores del sueño un 8,8%, seguido de Valium con 3,8%15.

Por otra parte, los resultados del estudio realizado en jóvenes universitarios en Bogotá, evidenciaron una alta prevalencia del consumo de sustancias lícitas e ilícitas. Siendo el consumo de alcohol el de mayor prevalencia con un 91,3%, cuya edad de inicio promedio fue a los 15 años, seguido del cigarrillo con el 58% y edad de inicio a los 14 años. En cuanto a las ilícitas, el primer lugar fue el consumo de la marihuana en el 25,3% con edad de inicio a los17 años y los medicamentos sin receta el 11,6%16.

Sin embargo, de acuerdo a Carballo et al., aunque los estudiantes buscan con el consumo de sustancias psicoestímulantes disminuir los síntomas de ansiedad y depresión producida por los exámenes, encaminado a potenciar su rendimiento, deben tener en cuenta los efectos adversos que ellas inducen, entre las que se encuentran: reducción del estado de alerta, episodios de amnesia, dificultad para la concentración, lo cual produciría un efecto contrario al esperado sobre el rendimiento académico17.

Es importante tener en cuenta lo primordial del sueño para el funcionamiento integral del cuerpo humano, al darse una recuperación física y mental del organismo, lo cual, trae consecuencias poco deseables como descenso del rendimiento laboral, académico, incremento de accidentes y presencia de enfermedades18,19.

Para el logro de un alto rendimiento académico se requiere contar con hábitos de estudio que lleven a lograr éxito. Los hábitos de estudio, hacen referencia a diferentes acciones realizadas de modo continuo por el estudiante, que lleva a obtener aprendizaje. Este integra tanto las técnicas como el espacio y tiempo dedicado al estudio20.

Las carreras de ciencias de la salud representan una alta exigencia en los estudiantes y una gran demanda académica, lo cual puede conllevar a emplear muchas h de estudio y tener hábitos de estudios bien definidos. Sin embargo, en un estudio realizado en Guatemala, a una muestra de 350 estudiantes de primer y segundo año de Medicina, identificaron «que no existe relación entre hábitos de estudio y consumo de sustancias inhibidoras del sueño». Asimismo encontraron, que el 100% de los estudiantes presentaban hábitos de estudio y el 79% de ellos consumen sustancias inhibidoras de sueño21.

Las situaciones presentadas llevaron a establecer el objetivo de la investigación, el cual estuvo orientado a determinar el uso de sustancias inhibidoras del sueño, los hábitos de estudio y el rendimiento académico en los estudiantes de II y III semestre de Medicina de universidades de la ciudad de Barranquilla en 2017.

Materiales y métodos

Estudio descriptivo y cuantitativo. La población estuvo conformada por 1000 estudiantes de segundo y tercer semestre de los programas de medicina y enfermería de las Universidades Simón Bolívar y Metropolitana de Barranquilla. El muestreo fue probabilístico y el cálculo de la muestra se realizó aplicando la fórmula estadística:

La muestra n=463. La distribución de estudiantes por cada universidad y programa fue proporcional al número de alumnos de cada institución, quedando de la siguiente manera: para la Universidad Metropolitana 199 estudiantes (74 de Enfermería y 125 de Medicina; la Universidad Simón Bolívar 264 estudiantes (107 Enfermería y 157 de Medicina).

El instrumento fue diseñado por las investigadoras y validado por un grupo de 10 expertos, los cuales evaluaron la coherencia y pertinencia con los objetivos y variables de la investigación y la estructuración de las preguntas, brindaron sugerencias que llevaron a realizar ajustes hasta alcanzar una valoración de cada uno de los ítems de muy pertinentes, correspondiente a una calificación de 4,0.

El estudio fue considerado de bajo riesgo por el Comité de Ética de la Universidad Metropolitana, por no tener intervención directa a las personas que puedan causar alteraciones o daños a su integridad física o mental. Se solicitó la firma del consentimiento informado a los participantes.

La tabulación de los datos se realizó en una tabla del software de Excel, y para evaluar los resultados y alcanzar los objetivos propuestos, se realizó un análisis de tendencia central a cada una de las variables. Las respuestas a cada variable fueron agrupadas por programas de las IES y los resultados se presentan en tablas de frecuencia con porcentajes.

Resultados

En referencia a los resultados del análisis de cada una de las variables se encontró que, para la variable edad hubo mayor predominio del rango entre los 18-21 años correspondientes al 62% de la población participante. El género de mayor prevalencia fue el femenino con el 72,14% de la población.

El análisis de los resultados de las variables que integran los hábitos de estudio (tabla 1), muestran que el 59,83% de los estudiantes algunas veces tienen un lugar fijo donde estudiar, seguido de siempre en el 36,72% y nunca con el 3,46%. En cuanto a las condiciones de ventilación e iluminación, el 79,5% estuvo en algunas veces cuentan con buenas condiciones de iluminación y ventilación, seguido de siempre en el 18,36% y nunca el 2,59%. Con referencia a si requieren de la presión de otras personas para realizar sus estudios, el 68,96% indicaron que siempre lo requieren, seguido de algunas veces con 30,67% y solo el 0,86 dijo que nunca. Asimismo, el 65,87% indicó que algunas veces establecen el tiempo para el estudio y el tiempo que va a dedicarle a otras actividades mediante un horario, seguido de siempre con el 26,57% y para nunca el 7,56.

Tabla 1.

Hábitos de estudio

Hábitos de estudio estudiantesENF_MET  ENF_USB  MD_MET  MD_USB  Total 
Estudia en lugar fijoNunca  1 (1,35%)  3 (2,80%)  8 (6,40%)  4 (2,55%)  16 (3,46%) 
Algunas veces  40 (54,05%)  58 (54,21%)  77 (61,60%)  102 (64,97%)  277 (59,83%) 
Siempre  33 (44,59%)  46 (42,99%)  40 (32,00%)  51 (32,48%)  170 (36,72%) 
Condiciones de ventilación e iluminación de área de estudioNunca  1 (1,35%)  4 (3,74%)  4 (3,20%)  3 (1,91%)  12 (2,59%) 
Algunas veces  51 (68,92%)  84 (78,50%)  106 (84,80%)  125 (79,62%)  366 (79,05%) 
Siempre  22 (29,73%)  19 (17,76%)  15 (12,00%)  29 (18,47%)  85 (18,36%) 
Para realizar el estudio requiere que lo presionenNunca  0 (0,00%)  0 (0,00%)  3 (2,40%)  1 (0,64%)  4 (0,86%) 
Algunas veces  17 (22,97%)  19 (17,76%)  62 (49,60%)  44 (28,03%)  142 (30,67%) 
Siempre  57 (77,03%)  88 (82,24%)  60 (48,00%)  111 (70,70%)  316 (68,25%) 
NR  0 (0,00%)  0 (0,00%)  0 (0,00%)  1 (0,64%)  1 (0,22%) 
Establece tiempo para el estudio y otras actividadesNunca  3 (4,05%)  7 (6,54%)  11 (8,80%)  14 (8,92%)  35 (7,56%) 
Algunas veces  51 (68,92%)  82 (76,64%)  81 (64,80%)  91 (57,96%)  305 (65,87%) 
Siempre  20 (27,03%)  18 (16,82%)  33 (26,40%)  52 (33,12%)  123 (26,57%) 

Fuente: datos del estudio.

Para la variable que indagó sobre si consumen o no sustancias inhibidoras del sueño (tabla 2), se encontró que el 30,24% indicaron que sí las ingieren; de ellos 46 eran del programa de Enfermería y 94 de Medicina.

Tabla 2.

¿Consumen o no sustancias inhibidoras del sueño?

Consumen  ENF_MET  ENF_USB  MD_MET  MD_USB  Total 
Sí  22 (29,73%)  24 (22,43%)  49 (39,20%)  45 (28,66%)  140 (30,24%) 
No  46 (62,16%)  78 (72,90%)  73 (58,40%)  103 (65,61%)  300 (64,79%) 
NR  6 (8,11%)  5 (4,67%)  3 (2,40%)  9 (5,73%)  23 (4,97%) 
Total  74 (15,98%)  107 (23,11%)  125 (27,00%)  157 (33,91%)  463 (100,00%) 

Fuente: datos del estudio.

En cuanto al tipo de SIS que consumen los 140 estudiantes (tabla 3), se encontró que el mayor número de estudiantes un total de 90 consumen la cafeína, correspondiente al 71,11%; seguido de las bebidas energizantes y la bebidas tipo cola con 75 estudiantes cada uno. En menor porcentaje con el 15,56% se encuentra el consumo de cigarrillo, seguido de la ingesta de tiamina en el 13,33% y el último lugar lo ocuparon las pastillas para inhibir el sueño (ritalin, éxtasis, entre otros) en el 4,44%.

Tabla 3.

Tipo de sustancia inhibidora de sueño

Tipo de sustancia  ENF_MET  ENF_USB  MD_MET  MD_USB 
a) Cafeína  12 (54,55%)  18 (75,00%)  31 (63,27%)  32 (71,11%) 
b) Cigarrillo  2 (9,09%)  2 (8,33%)  6 (12,24%)  7 (15,56%) 
c) Bebidas energizantes (Vive 100, Red Bull, entre otros)  9 (40,91%)  7 (29,17%)  34 (69,39%)  24 (53,33%) 
d) Tiamina  5 (22,73%)  4 (16,67%)  3 (6,12%)  6 (13,33%) 
e) Pastillas para inhibir el sueño (Ritalin, éxtasis, entre otros)  1 (4,55%)  1 (4,17%)  1 (2,04%)  2 (4,44%) 
f) Bebidas tipo cola (Coca-Cola)  13 (59,09%)  11 (45,83%)  29 (59,18%)  24 (53,33%) 
g) Otra  1 (4,55%)  2 (8,33%)  1 (2,04%)  4 (8,89%) 

Fuente: datos del estudio.

Otro aspecto indagado fueron los momentos en que consumen las SIS (tabla 4), se evidenció, que para ambos grupos tanto de medicina como enfermería, el momento para consumirlas es antes de estudiar o realizar tareas diarias de sus asignaturas el 35%, seguido de antes de parciales el 21,43%, en tercer lugar se encuentra en cualquier momento con el 25% y en último lugar antes de ir a práctica o al aula de clases el 5%. Un 13,47% no respondieron la pregunta.

Tabla 4.

Momentos en que consumen las sustancias inhibidoras de sueño

Momentos  ENF_MET  ENF_USB  MD_MET  MD_USB  Total 
a) Antes de estudiar o realizar las tareas diarias de sus asignaturas  7 (31,82%)  12 (50,00%)  13 (26,53%)  17 (37,78%)  49 (35,00%) 
b) Antes de parciales  2 (9,09%)  3 (12,50%)  6 (12,24%)  19 (42,22%)  30 (21,43%) 
c) Antes de ir a prácticas o al aula de clases  2 (9,09%)  0 (0,00%)  3 (6,12%)  2 (4,44%)  7 (5,00%) 
d) En cualquier momento  9 (40,91%)  9 (37,50%)  10 (20,41%)  7 (15,56%)  35 (25,00%) 
NR  2 (9,09%)  0 (0,00%)  17 (34,69%)  0 (0,00%)  19 (13,57%) 
Total  22 (100,00%)  24 (100,00%)  49 (100,00%)  45 (100,00%)  140 (100,00%) 

Fuente: datos del estudio.

Los resultados sobre la frecuencia de consumo (tabla 5), muestran que el 72,14% lo realizan 1 o 2 veces por semana. Con valores similares 3-4 veces por semana y todos los días, con el 18% para cada uno. El 77,86% de los estudiantes indicó que sí conoce los efectos adversos que produce el consumo de esas sustancias.

Tabla 5.

Frecuencia de consumo de sustancias inhibidoras de sueño

Frecuencia consumo  ENF_MET  ENF_USB  MD_MET  MD_USB  Total 
a) 1-2 veces por semana  15 (68,18%)  15 (62,50%)  36 (73,47%)  35 (77,78%)  101 (72,14%) 
b) 3-4 veces por semana  4 (18,18%)  5 (20,83%)  5 (10,20%)  4 (8,89%)  18 (12,86%) 
c) Todos los días  2 (9,09%)  4 (16,67%)  6 (12,24%)  6 (13,33%)  18 (12,86%) 
NR  1 (4,55%)  0 (0,00%)  2 (4,08%)  0 (0,00%)  3 (2,14%) 
Total  22 (100,00%)  24 (100,00%)  49 (100,00%)  45 (100,00%)  140 (100,00%) 

Fuente: datos del estudio.

En cuanto a si debido al consumo de sustancias inhibidoras de sueño han obtenido mejores resultados académicos, el 72,86% indicó que sí los han obtenido y el 23, 57% que no (tabla 6).

Tabla 6.

¿Debido a la ingesta de sustancia inhibidoras de sueño han obtenido mejor rendimiento académico?

Mejor rendimiento  ENF_MET  ENF_USB  MD_MET  MD_USB  Total 
Sí  15 (68,18%)  16 (66,67%)  38 (77,55%)  33 (73,33%)  102 (72,86%) 
No  5 (22,73%)  8 (33,34%)  11 (22,45%)  10 (22,22%)  33 (23,57%) 
NR  2 (9,09%)  0 (0,00%)  0 (0,00%)  2 (4,44%)  4 (2,86%) 
Total  22 (15,71%)  24 (17,14%)  49 (35,00%)  45 (32,14%)  140 (100,00%) 

Fuente: datos del estudio.

Discusión

El uso de SIS en los jóvenes universitarios y en estudiantes de las áreas de la salud, como las bebidas energizantes y la cafeína, es realizado con el fin de aumentar la resistencia física, estimular el metabolismo, aumentar su capacidad de reacción, incrementar el nivel de concentración, mejorar el estado de alerta mental, impedir el sueño, entre otras13.

En la población participante del estudio, se identificó, que el género de mayor predominio fue el femenino un 72,14% y el rango etario estuvo entre los 18-21 años correspondientes al 62% de la población. Estos resultados se encuentran por encima de los identificados por los investigadores Chávez-Gutiérrez et al.11, los cuales hallaron que el género femenino representaba el 55% y el masculino el 45%, igual para la edad, los menores de 20 años fue el grupo etario de mayor porcentaje. La presencia de mayor género femenino pudo deberse a que los participantes del programa de enfermería en un 95% fueron mujeres.

Una situación que llamó la atención, fue el referente a los hábitos de estudio poco adecuados que manejan los estudiantes de ambos programas, los cuales, fueron contrarios al presentado en la investigación realizada en estudiantes de Medicina en Guatemala, que el 100% tenían hábitos de estudio21.

Se evidenció en el 98,92% de los estudiantes la falta de autonomía para realizar sus estudios independientes, al indicar que siempre o algunas veces requieren de la presión de otras personas para realizar sus estudios. Asimismo, en referencia a las condiciones de ventilación e iluminación en el área de estudio, en el 82,09% de los estudiantes son poco adecuadas; sobre la asignación de horarios para el estudio, el 73,43% de los estudiantes respondieron que algunas veces o nunca lo hacen. Es evidente el desconocimiento del importante significado que tienen los hábitos de estudio para […] aprender permanentemente, lo cual implica la forma en la que el estudiante se organiza en cuanto a tiempo, espacio, técnicas y métodos que utiliza para estudiar20.

Se identificó una prevalencia de consumo de SIS del 30,24% en la población estudiada, está por debajo de la encontrada en el estudio realizado en Guatemala21, que presentaron un prevalencia del 79%.

Por otra parte, los resultados del estudio realizado por Buchanan y Pillón15, tienen similitud con los del presente estudio, al ser la cafeína y las bebidas energizantes las sustancias que ocuparon los dos primeros lugares de preferencia en los estudiantes (la cafeína con el 64,28%; las bebidas energizantes el 53,57%). Los resultados llevan a inferir que hay estudiantes multiconsumidores de SIS, constituyéndose en un grave riesgo para su salud física y mental, teniendo en cuenta que ellas inducen a efectos adversos, entre las que se encuentran la reducción del estado de alerta, episodios de amnesia, dificultad para la concentración, produciendo un efecto opuesto al esperado sobre el rendimiento académico17. Sin embargo, el 77,86% manifestó conocer los efectos que producen el consumo de SIS, situación que debe llevar a las autoridades universitarias a formular intervenciones urgentes hacia una mayor concienciación de los estudiantes sobre este tema.

Asimismo, las deducciones del presente estudio coinciden con el realizado por Ramón-Salvador et al.13, en relación con el momento en que consumen las SIS, en primer lugar cuando estudian y realizan sus tareas diarias, la segunda causa fue en períodos de exámenes, y hubo diferencia en el porcentaje para cualquier momento que se encontró muy por encima con el 25%.

Otro aspecto en el que también hay coincidencia con el estudio antes mencionado, fueron las veces de consumo por semana, el 72,14% lo realizan 1 o 2 veces por semana, seguido de 3-4 veces por semana.

Una situación que se infiere con los resultados fue, que las presiones y exigencias a que se encuentran sometidos los estudiantes del área de la salud, aunado a la falta de adecuados hábitos de estudio, se constituyen en factores determinantes para el consumo de SIS, al ser una opción válida, según ellos, de mejorar su rendimiento académico, al prolongarles los estados de vigilia y con ello el tiempo de estudio. Esto se reafirma con la respuesta de los estudiantes consumidores de SIS, el 76,86% indicaron haber obtenido un mejor rendimiento académico debido a su consumo. Ello puede ser la base para que en la vida profesional se haya incrementado el consumo de sustancias psicoactivas entre el 10 y 15% de todos los profesionales de la salud3.

Dentro las limitaciones del estudio estuvo la dificultad para encontrar a los estudiantes y aplicar el instrumento, por tener horarios y ubicaciones en diferentes lugares, llevando a prolongar el tiempo de recolección de la información.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
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Este trabajo será presentado en el V Congreso Internacional en Contextos Psicológicos, Educativos y de la Salud, que se celebrará en el mes de noviembre de 2018 en Madrid, España.

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