Introducción. La comorbilidad entre la DM y la depresión es altamente prevalente. El riesgo de depresión en una persona con DM es aproximadamente el doble que en una persona sin esta enfermedad. En este sentido, el International Diabetes Management Practices Study (2021), encuentran que el 33,1% de los pacientes con DM2 informaron síntomas depresivos. Asimismo, Salinero-Fort et al., (2021) en otro estudio reciente llevado a cabo en España en AP, informan de unos índices de depresión del 22%. La depresión tiene un gran impacto en el bienestar del paciente y el control de la DM. Sin embargo, a pesar de la disponibilidad de intervenciones terapéuticas efectivas para el tratamiento de la depresión en personas con DM, el 50% de los pacientes no reciben tratamiento psicológico debido a la insuficiente y difícil accesibilidad de las terapias en los sistemas de salud. El uso de la tecnología eSalud se ha propuesto como una herramienta útil para la realización de intervenciones psicológicas, pero sigue siendo un campo en el que la evidencia científica es reciente y controvertida. No obstante, hasta el momento, en España no se han realizado estudios que analicen la efectividad, coste-efectividad y la implementación de estos recursos tecnológicos en AP en pacientes con DM2. Sin embargo, nos encontramos en una situación de emergencia sanitaria generada por la COVID-19 en la que el uso de estas tecnologías son necesarias para poder garantizar la aplicabilidad de los tratamientos de una manera segura. Por tanto, la implementación, evaluación y el reporte de resultados sobre tratamientos eSalud en esta población con patologías comórbidas se conceptualizan como una necesidad inminente. Por esta razón, se presentan resultados preliminares y reflexiones sobre estos programas de intervención.

Material y métodos: ECA multicéntrico en centros de AP de España consistente en una intervención psicológica web para DM2 y depresión leve-moderada frente al TAU.

Resultados: 50 pacientes con DM2 completaron el estudio. Los resultados indican una mejora en la sintomatología depresiva en el grupo de intervención, pero no en la HbA_1c. La calidad de vida, aunque mejoró en ambos grupos, la diferencia fue superior en el grupo de intervención.

Conclusiones: Estos resultados demuestran la idoneidad de estas intervenciones en el contexto de salud en el que vivimos para reducir la sintomatología depresiva en AP en comparación con el TAU pero se debe hacer mayor hincapié sobre por qué no se consiguen mejoras los niveles de glucemia. Snoek et al. (2015) refieren que la depresión puede ejercer su efecto sobre el control glucémico de manera indirecta, a través de una mala adherencia y comportamientos de autocuidado en la DM. Esta consideración podría ser clave para dar respuesta a esta cuestión, incluyendo en las intervenciones herramientas dirigidas a estas variables para avanzar en el conocimiento existente y mejorar la atención de esta población.