Introducción: La diabetes tipo 1 (DM1) es una enfermedad con recomendaciones terapéuticas complejas que pueden interferir y afectar a la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) del paciente. Hasta hace poco solo existían dos cuestionarios específicos: el Diabetes Quality of Life Measure (DQoL) y el Audit of Diabetes-Dependent Quality of Life (ADDQoL). Recientemente se ha publicado la validación de un nuevo cuestionario, cuestionario vida con diabetes tipo 1 (VIDA 1) (Alvarado-Martel et al.), que contempla aspectos más relevantes de lo que significa vivir con diabetes actualmente;

Objetivos: El objetivo del estudio es analizar la calidad de vida y adherencia al tratamiento en los pacientes con DM1 que han iniciado monitorización flash de glucosa (MCG-flash entre 2020 y 2021.

Material y métodos: Estudio analítico observacional realizado en los pacientes mayores de 18 años con diagnóstico de DM1 en tratamiento con pauta bolo-basal, que hubieran iniciado MCG-flash entre 2020 y 2021. La evaluación de la CVRS se realizó a través del cuestionario VIDA 1: Contiene 34 ítems que se agrupan en 4 dimensiones interferencia en la vida, autocuidado, bienestar y preocupación por la enfermedad, con un formato de respuesta tipo Likert (1 = muy en desacuerdo 2 = en desacuerdo 3 = ni de acuerdo ni en desacuerdo 4 = de acuerdo 5 = muy de acuerdo). Todos los participantes firmaron consentimiento informado. Los resultados se analizaron con el programa estadístico SPSS.21.

Resultados: Un total de 92 pacientes (51,1% varones) participaron en el estudio, con una media de edad de 45,7 ± 14,7 años con un tiempo de evolución de la enfermedad de 14,2 ± 5 años. En el análisis descriptivo atendiendo a las 4 dimensiones se obtuvieron los resultados que se muestran en la tabla. No se obtuvieron diferencias significativas en el análisis por subgrupos para edad, sexo y complicaciones crónicas en ninguna de las 4 dimensiones.

Conclusiones: En general, los pacientes con DM1, disfrutan de una buena calidad de vida y tienen una buena autopercepción de su estado de salud a pesar de su enfermedad, gracias en gran parte al desarrollo de nuevas tecnologías como la MCG-flash. Sin embargo, la puntuación más baja se obtuvo en la dimensión de interferencia con la vida, siendo solo el 38% de los pacientes los que consideran que pueden llevar una vida normal. Hacen falta intervenciones educativas destinadas a contrarrestar el impacto de factores psicosociales que afectan a la calidad de vida, al bienestar emocional y a la adhesión al tratamiento, así como la prevención de complicaciones.