Introducción: Los sarcomas retroperitoneales son tumores raros pues solo representan entre el 0,15-0,2% de todos los tumores sólidos, y constituyen un grupo muy heterogéneo de neoplasias originadas a partir de tejido mesenquimal. Existen más de 70 subtipos histológicos, siendo los más frecuentes los liposarcomas (40%) y los leiomiosarcomas (30%). El caso que se describe pretende mostrar un raro hallazgo y enfatizar la diversa histología que podemos encontrar en toda masa retroperitoneal y la necesidad de abordarla de manera adecuada en centros de referencia expertos.

Caso clínico: Se presenta un caso de hematopoyesis extramedular hallado de forma casual durante el estudio de una masa retroperitoneal. Se trata de un varón de 76 años que acudió a urgencias por dolor abdominal y sospecha de perforación esofágica. A fin de descartarla, se realizó una tomografía computarizada (TC) de abdomen que evidenció la presencia incidental de una masa retroperitoneal izquierda de 8 × 7 × 5,5 cm (AP × T × CC), heterogénea y de contenido graso. Fue derivado entonces a nuestro hospital donde se le realizó una resonancia magnética (RM) de abdomen, que confirmaba el hallazgo descrito, y una biopsia con aguja gruesa (BAG) guiada por TC. El resultado de la anatomía patológica fue de tejido hematopoyético con representación de las tres series celulares no asociado a trabéculas óseas. Los resultados de las analíticas de sangre que se realizaron durante el estudio no evidenciaron ninguna alteración del hemograma.

Discusión: La hematopoyesis extramedular es un mecanismo de compensación que ocurre cuando la médula ósea no es capaz de satisfacer las demandas hematopoyéticas, como en los casos de aplasia medular, anemias hemolíticas o sustitución de la médula por tumor o por fibrosis; se asocia también a enfermedades mieloproliferativas. Es más frecuente que afecte al hígado y al bazo, aunque también puede aparecer en otras localizaciones, como en el mediastino o el retroperitoneo, como es el caso que nos ocupa. Suele ser asintomática y frecuentemente es detectada incidentalmente mediante pruebas de imagen, pero en otras ocasiones puede producir síntomas derivados de su crecimiento, como compresión medular. Si bien suele ser típicamente microscópica, puede formar masas por lo que su diagnóstico en estos casos se basa en el estudio anatomopatológico, ya que en estos casos puede dar lugar a su confusión inicial con masas neoplásicas, como en nuestro caso, en el que -dada su localización retroperitoneal-, la primera sospecha diagnóstica fue de sarcoma de partes blandas. El tratamiento de esta entidad clínica, por su parte, dependerá de la causa subyacente. Podemos concluir, por tanto, que en el estudio de una masa retroperitoneal es imprescindible tanto el estudio por imagen de la lesión como el estudio anatomopatológico, con el objetivo de descartar procesos neoplásicos y filiar su histología en el caso de hallarlos, pues de ella dependerá el tratamiento y el pronóstico del tumor. Asimismo, su escasa incidencia sobre la población y su heterogeneidad hacen que estos tumores deban ser valorados por equipos multidisciplinares expertos en centros de referencia para ofrecer un manejo óptimo.