El paso final de toda investigación científica consiste en la publicación de un artículo pues solo de esta manera los resultados arrojados por el proceso investigativo pasarán a formar del conocimiento científico1. Si bien mucha de la literatura médica que se publica se sustenta en un riguroso trabajo de investigación, otra no posee la calidad necesaria y su valor resulta cuestionable. Por estas razones, la lectura crítica debe constituirse en una práctica habitual de los estudiantes y profesionales de las ciencias médicas y concebirse como un ejercicio necesario si se pretenden utilizar resultados válidos en la toma de decisiones clínicas2.
Una mirada crítica a un artículo científico de interés presupone comprobar la validez y nivel de aplicabilidad de las evidencias que este aporta para así poder emplearlas de forma particular en la asistencia o cuidados de los enfermos. Significa además poner en juego la capacidad del lector para seleccionar aquellos artículos con mayor fortaleza metodológica2.
La lectura crítica de la literatura científica constituye un ejercicio que debe comenzar a practicarse desde el pregrado y cuyo paso final sería la publicación de una carta al editor en alguna revista científica. Lamentablemente, la cultura general que existe es oral pues se leen los artículos científicos y se habla de la importancia de la lectura crítica pero no se escriben ni se les enseña a escribir, salvo pocas excepciones, cartas al editor a los estudiantes.
En este sentido, deseo compartir un breve análisis de las cartas al editor publicadas en las revistas médicas estudiantiles cubanas. A partir del 2010 hasta septiembre de 2017 (años en que se tiene referencia electrónica), en la revista 16 de Abril solo se publicaron 4 cartas al editor de las cuales una fue escrita por un autor profesional. En las 3 restantes se contabilizaron 5 autores y de ellos 4 fueron estudiantes (3 de medicina y uno de estomatología). Por su parte, en la Revista Universidad Médica Pinareña desde su fundación en el 2005 hasta septiembre de 2017 se han publicado 5 artículos de esta tipología de los cuales 2 fueron escritos por autores profesionales. En las 3 cartas al editor restantes se contabilizaron 5 autores y de ellos 4 fueron estudiantes de medicina.
Independientemente de que algunos estudiantes cubanos han publicado cartas al editor en otras revistas nacionales o foráneas, los resultados evidencian la carencia de la lectura crítica en el pregrado, así como la falta de cultura de publicación, sobre todo cuando la matrícula de las carreras de ciencias de la salud en Cuba ha ido en aumento hasta alcanzar en el curso escolar 2016-2017 la cifra de 78.351 estudiantes3.
Una alternativa eficaz para iniciarse en la publicación de artículos científicos la constituyen las cartas al editor pues estas, como parte de una estrategia de posicionamiento progresivo, permiten la publicación en revistas como antesala para la publicación de otros documentos como revisiones u originales. Además, este tipo de contribuciones puede ser vehículo de resultados preliminares que no ameritan un artículo completo, comentarios sobre problemas de actualidad biomédica, clínica, salud pública, ética y educación médica o sugerir políticas editoriales a la revista en cuestión4.
De igual forma, las cartas al editor permiten evaluar cuán activa y crítica es una comunidad científica. En varias revistas médicas se han hecho intentos para estimular a los lectores a que realicen este ejercicio académico que resulta conveniente, tanto para los autores del trabajo original como para la propia revista donde se publica5, pues además de resultar beneficioso para el mejoramiento de la ciencia, desde el punto de vista métrico es generador de citaciones tanto para el autor como para la revista6.
La crítica es parte de la educación médica y algo que debe enseñársele al alumno a practicar. Puede que durante la vida como estudiante no se pretenda publicar nada, pero leer críticamente la literatura científica le ayuda a valorar científicamente la información que le llega y cuando esté listo para realizar sus propias publicaciones va a tener en su haber los elementos esenciales que lo ayudarán a convertirse en un autor exitoso6.
La lectura crítica de la literatura científica es un ejercicio necesario que no puede regirse por la improvisación. Solo podrá lograrse si los profesionales de la salud alcanzamos sólidos conocimientos de la metodología de la investigación científica, de la redacción científica, de la epidemiología clínica y de la medicina basada en evidencias2, los cuales deben comenzar a adquirirse desde el pregrado.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.
