Con mucho interés y agrado hemos leído la publicación de Palau et al.1, referente a los desafíos del profesorado clínico en la educación médica. Indicamos que del 74 al 90% de docentes que afirman no disponer de tiempo protegido dentro de la jornada laboral para la docencia; comparándola con la realidad peruana, es desventajosa respecto a países similares de la región en cuanto al número de investigadores. Es así que por cada mil integrantes de la Población Económicamente Activa (PEA) hay solo 0,2 investigadores, por debajo del promedio de América Latina y El Caribe que es de 1,3 y muy lejos del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que es de 12,7.
Del total de investigadores para el 2015, el 68,1% (2.298) fueron varones y el 31,9% (1.074) fueron mujeres. Las instituciones privadas sin fines de lucro muestran una mayor paridad entre varones y mujeres, puesto que la relación es de 1,3 varones por cada mujer investigadora. Por cada investigadora en el área de Ingeniería y Tecnología había 4,2 investigadores. Mientras que en el área de Ciencias Médicas y de la Salud, por cada investigadora hay 1,1 investigadores2.
Con relación a los recursos y medios disponibles, entre el 52 al 67% consideran que los recursos y medios son insuficientes1. En el Perú, no solo tenemos insuficiencia de recursos sino también de profesionales en el campo sanitario, el informe final sobre Educación Médica en el Perú (2015) concluye que se requieren 5.000 médicos, 19.000 enfermeras, 14.000 obstetras y 4.000 odontólogos3.
Con miras a la excelencia académica, un docente debe tener un alto nivel de formación unido a habilidades pedagógicas articulado con políticas gubernamentales en salud y educación4. En el Perú esto es visto como una segunda opción, ya que el tiempo que disponen no es conscientemente evaluado por el profesional y sobre todo para las autoridades universitarias.
Un estudio publicado por Galli et. al., sostienen que las estrategias docentes más utilizadas para actualizarse son cursos presenciales, congresos, lectura de revistas científicas y tarea asistencial, destinando poco tiempo para la docencia, menos aún para la investigación, como dirigir una tesis doctoral5. En programas oficiales europeos en esta tesis se emplea la revisión sistemática como un estudio aceptable para este nivel6.
La importancia de la autorreflexión y autoevaluación de la herramienta ORPHEUS ayuda a que las instituciones educativas identifiquen fortalezas, debilidades y áreas de mejora7. La calidad que ofrece la educación médica viene a ser crucial en la preparación de futuros médicos, relacionado con la calidad de los servicios. Si el docente no cuenta con recursos necesarios para enfrentar retos que plantea una educación médica moderna poco será su aporte8.
Conflicto de InteresesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.