Me ha sido grato ver dos artículos muy bien elaborados por los doctores García-Jiménez1 y Campos2 en los que se enfoca la docencia en medicina desde unos puntos de vista eminentemente teóricos y metodológicamente docentes. Ha sido llamativo el enfoque de la docencia como las cuatro ruedas que facilitan su tránsito, pero a ese carro le falta en el comentario una parte muy importante del mismo: el motor que tira del mismo, del que más adelante pasaré a hablar.
Entiendo que en la docencia médica del grado, tal y como en la actualidad nos la encontramos, confluyen tres entes bien diferenciados: los alumnos, los docentes integrados en la estructura universitaria (profesores no-temporales y cátedros) y los docentes clínicos (tutores clínicos y profesores asociados temporales). Cada uno con su visión particular de la realidad y con intereses muy distintos, y si a ello le añadimos el contexto de la atención primaria, aún más particular si cabe.
Mientras que los alumnos ven la docencia como algo digno de renovarse y/o modificarse desde sus orígenes con escasa adaptación a la realidad social3, los profesores no-temporales parece como si enfocaran más la docencia desde un plano más teórico y lleno de potencialidades y posibilidades. Algo a lo que los alumnos reaccionan de forma más o menos airada en varios púlpitos4, como fue en este caso en la Universidad de Zaragoza con temas bioéticos, por ejemplo.
Por otra parte, nos encontramos los que colaboramos con la docencia desde nuestra actividad asistencial de forma sincrónica, coordinada y temporal. Desde el convencimiento que cada vez será más difícil localizar compañeros que se presten a ser tutores en sus puestos de trabajo de forma gratuita, sin gratificar, sin reconocer, sin facilitar y sin premiar ni compensar de forma alguna. Prueba de ello es ver como algunas plazas de tutores clínicos no son cubiertas si quiera por un solicitante.
Finalmente, anotar que si nuestro carro tiene 4 ruedas, contamos con un motor que tira del mismo y que funciona con 4 válvulas distintas: los estudiantes, los profesores no-temporales, los profesores temporales y la administración.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.