En el artículo original de su revista titulado «La mujer en la medicina del siglo xxi», de Flores-Domínguez et al.1, nos hace reflexionar sobre el incremento de las mujeres que estudian medicina del 6 al casi 50% en los últimos 20 años, pero siguen siendo pocas las que llegan a ocupar puestos de alta responsabilidad y toma de decisiones.
Un adecuado cambio de políticas de gobierno podría ayudar al posicionamiento de las mujeres respecto al liderazgo. En la medicina, las mujeres han demostrado tener mejores habilidades de comunicación con pacientes y pares, lo cual es particularmente útil en cuestiones de posicionamiento2.
Moncayo Orjuela y Villalba Gómez mencionan en su artículo que las mujeres son líderes más transformacionales por su experiencia en actividades de cuidado y de educación, en sensibilidad y responsabilidad social. No obstante, se debe señalar que tanto hombres como mujeres ejercen el liderazgo de acuerdo con las condiciones de acción3.
Asimismo, los hombres siguen ostentando la mayoría de los puestos directivos, altos ejecutivos y altos niveles profesionales, mientras que las mujeres todavía se encuentran concentradas en los niveles más inferiores de la dirección4.
Aún en pleno sigo xxi, las mujeres nos vemos obligadas a elegir entre la vida familiar y la profesional, sumado a una desigual distribución de las tareas y responsabilidades domésticas entre hombres y mujeres. Además, los arquetipos masculinos ?agresividad y competitividad? siguen siendo las cualidades más demandadas para el liderazgo3.
Otra investigación menciona que la concepción acerca del género se basa en la idea de que la realidad, tanto de hombres como de mujeres, es asumida de forma diferente dando lugar a categorías que demarcan diferencias dentro de una sociedad. Esas categorías, a su vez, se componen de percepciones individuales respecto al rol de hombres y mujeres5.
En conclusión, nosotras decidimos acceder a determinados puestos, elegimos aceptar o rechazar cargos que presuponen que la persona sea alguien de carácter directo, externo, seguro, agresivo y, por supuesto, que no quede embarazada. Nos queda mucho por recorrer; sin embargo, somos conscientes de que estamos creando un espacio dentro de una sociedad con mayor aceptación al cambio.
Conflicto de interesesLas autoras declaran no tener ningún conflicto de intereses.