Según la Organización Médica Colegial el profesionalismo -médico- es el conjunto de principios éticos y deontológicos, valores y conductas que sustentan el compromiso de los profesionales de la medicina con el servicio a los ciudadanos, que evolucionan con los cambios sociales, y que avalan la confianza que la población tiene en los médicos1. Es una de las competencias centrales de los médicos y se cree que es la piedra angular de la comunicación de los médicos con la sociedad. No existe una definición consensuada internacionalmente, en parte debido a que su significado varía según el tiempo, los contextos y las culturas, por lo que se recomienda que las facultades de medicina lleguen a un consenso sobre su significado. Y aunque se reconoce que los valores profesionales deben enseñarse de forma explícita, todavía no existe un modelo práctico aceptado universalmente.
En las últimas dos décadas y de modo progresivo la literatura ha identificado la importancia que en la formación de las identidades profesionales juega el denominado “plan de estudios oculto” que incluye las interacciones no planificadas de los estudiantes con el profesorado y la cultura creada por estos junto con la infraestructura organizativa. También ha reconocido la utilidad de la educación anatómica basada en la disección.
La disección anatómica ha sido una estrategia educativa que durante siglos ha permitido que los estudiantes de medicina aprendan anatomía humana. Y un componente central de la formación preclínica cuya experiencia práctica ofrece una herramienta inigualable para aprender estructuras clave, relaciones anatómicas y habilidades instrumentales, pero también en la actualidad se considera que brinda una gran oportunidad para que los estudiantes desde su primer año modelen respeto y desarrollen elementos básicos del profesionalismo y más concretamente en cuatro de sus dominios reconocidos2 como son:
1) el conocimiento, las habilidades y el desempeño. Los estudiantes deben ser competentes tanto en el conocimiento anatómico como en el profesional, al tiempo que se comprometen con el aprendizaje permanente;
2) la seguridad y la calidad. Referidos al respeto hacia los los cuerpos donados para disección anatómica y el uso del equipo de protección correcto mientras está en la sala de disección;
3) la comunicación y trabajo en equipo, que les inculca responsabilidad, liderazgo y pensamiento independiente; y
4) mantener la confianza, lo que conlleva defender la confianza que la sociedad ha otorgado al estudiante al permitirle hacer disección en un cuerpo humano y también la responsabilidad y respeto que los estudiantes deben demostrar ante el cuerpo de un donante altruista, que con gran frecuencia representa su “primer maestro” o su “primer paciente”.
Un “paciente” que, al carecer de autonomía y no poder defenderse de cualquier posible abuso de poder, está en dependencia extrema de su “médico” y le plantea desafíos morales como qué lenguaje usar al referirse a él (se recomienda sustituir el término cadáver por el de donante de cuerpo), qué comportamiento mantener en la sala de disección o la confidencialidad y la dignidad ante su “primer paciente”.
De ese modo la disección anatómica se convierte en una poderosa herramienta formativa para inculcar al estudiante valores profesionales como el respeto, la dignidad y la integridad o la compasión, al mismo tiempo que desarrolla en él las habilidades de afrontamiento ante la muerte y promueve la reflexión, una herramienta clave para la profesionalidad vinculada a valores como el pensamiento crítico, la integración de conceptos teóricos y la empatía que también sirve para la superación personal y la identificación de errores en los médicos3,4.
Para todo lo anterior es crucial que el profesor de anatomía transmita y enseñe valores profesionales durante las prácticas de disección, incluido el respeto y la sensibilidad hacia el cuerpo donado para la disección que anime a los estudiantes a que exhiban los mismos valores y comportamientos, así como que proporcionen servicios de apoyo ante las emociones de los estudiantes en torno a la muerte y la ansiedad ante la disección, pues diversos estudios enfatizan que las relaciones estudiante-cuerpo donado para la sección anatómica contribuyen a modular las futuras relaciones médico-paciente5.