El profesor es el elemento decisivo para el aprendizaje del alumno. En las últimas dos décadas se han producido cambios muy significativos en la formación médica, tanto en la planificación curricular como en los enfoques de enseñanza y de aprendizaje, en las técnicas de evaluación, y en toda la gestión educativa en su conjunto. Y cabe esperar que en los próximos años la educación médica siga evolucionando, por lo que una gran parte del éxito de las innovaciones va a depender de cómo las aplique el profesor. En consecuencia, lo que se espera de un profesor en relación con sus responsabilidades y funciones es, en gran medida, un reflejo de los numerosos cambios que ya se han producido. y que seguirán produciéndose, en la enseñanza de la medicina.
Sin embargo, no siempre se ha prestado suficiente atención a los roles del profesor y al impacto que estos cambios han tenido tanto en el profesor, como en las funciones que ha de desempeñar. Los diferentes papeles que asume el profesor dentro del programa educativo no siempre son conocidos por los propios profesores, y cuando lo son, frecuentemente no se llevan a la práctica.
Enseñar no es sólo dar clase. El profesor se encuentra en el vértice del triángulo, cuyos otros elementos son el estudiante y el curriculum. Por tanto, su papel como asesor, modelo, y transmisión de información, todo ello frente al estudiante; como planificador de la docencia y preparador de materiales docentes en lo que respecta al curriculum; o como facilitador y guía en el aprovechamiento de las oportunidades que el curriculum le brinda al estudiante, forma parte intrínseca de sus funciones. En tal sentido, se puede pensar en el profesor no solo como un simple suministrador de información, sino también como un administrador de la misma, y como un preparador para el estudiante en su búsqueda de la información.
Los tradicionales “12 roles del profesor” descritos por Harden y Crosby en el año 2000, parecen tener un alto eco entre el estamento docente, en cuanto a la importancia que se atribuye a cada una de tales funciones. La percepción del mundo académico sobre la importancia relativa de estas funciones, aun siendo variable, es notablemente satisfactoria, aunque casi de manera sistemática quedan más relegados aquellos que requieren una mayor formación y experiencia pedagógica.
Cabe señalar que, en nuestro medio, la importancia que se otorga a cada una de las funciones es muy notable incluso cuando se compara con la opinión reflejada en el trabajo original de Harden y Crosby, o con otros entornos, aún cuando esto no garantice que en el mundo real se lleven a la práctica tales funciones. Quizás nos sabemos más la teoría que la puesta en práctica.
El profesor ha de hacer frente a sus responsabilidades docentes, muchas de las cuales no se improvisan, sino que requieren formación previa. Son las competencias propias del profesor de medicina, algunas de las cuales pueden parecer más intuitivas, pero otras requieren preparación.
El profesor como suministrador de información y preparador. El papel tradicional del profesor o docente es el de un experto que actúa como canal o transmisor de información al estudiante. Pensamos, quizás ingenuamente, que basta con enseñar la materia a los estudiantes para que estos la aprendan, pero esto no es así. Además, no es posible que un profesor suministre a un estudiante toda la información necesaria para una práctica de la medicina de por vida; por tanto, resulta imperioso reflexionar sobre los conceptos mínimos o esenciales que debe dominar un estudiante, de cara a comenzar su camino hacia el ejercicio profesional como médico.
El profesor como facilitador y mentor. El buen profesor es un facilitador del aprendizaje del estudiante. El profesor como facilitador del aprendizaje debe animar al estudiante a adoptar las estrategias de estudio que le puedan resultar más apropiadas. El profesor ha de impulsar estrategias docentes que fomenten un aprendizaje eficaz.
El profesor como generador e implementador del plan de estudios. Las decisiones acerca de un plan de estudios son, con frecuencia, responsabilidad de un comité curricular dentro de la facultad. Sin embargo, como profesor se tiene también cierta responsabilidad al respecto.
El profesor como evaluador. El profesor debe tomar decisiones sobre si el estudiante ha alcanzado los resultados de aprendizaje que se marcan en cada periodo o curso, y si, al término del mismo, ha conseguido las competencias necesarias para atender a los pacientes de los que será responsable en la práctica.
El profesor como un modelo docente y profesional. La enseñanza es una actividad que tiene un componente moral y ético. Del profesor se espera que sirva de modelo de buena conducta y acción tanto en el aula como en su práctica profesional. Y que su comportamiento ilustre lo que enseña. De cara a la conducta, los estudiantes se fijan más en lo que el profesor hace que en aquello que dice en clase.
El profesor como gestor y como líder. En una primera consideración de los roles del profesor no se incluía su papel como gestor. Sin embargo, en las dos últimas décadas la situación ha cambiado, y la función del profesor como gestor tiene ahora mismo una mayor importancia en la gestión y liderazgo dentro de los programas educativos, merced a los cambios fundamentales que se han experimentado en la educación en medicina.
El profesor como intelectual e investigador. En el pasado de la educación médica, el saber académico y la investigación en educación médica se ha identificado como dominio de un grupo reducido, acotado, de profesores muy activos en este campo, y que publican su trabajo en revistas especializadas en este campo. Hoy esta visión ha dejado paso a que todo profesor es un intelectual y debe mostrar su competencia académica de distintas formas. Eso le permitirá, como intelectual, debe reflexionar sobre su propia práctica docente.
El profesor como un profesional de la docencia. El profesor muestra su profesionalidad como docente de distintas formas. Se espera que, además de su área de conocimiento científico en la que es un experto con respecto a los contenidos, se mantenga al día en su papel como docente.
El profesor de medicina ha de ser un intelectual, investigador, erudito, experto, académico, en suma, tal y como lo define el término anglosajón scholarship. Las características inseparables de un profesor como intelectual, como un profesional de la docencia.