Es de preocupación los crecientes niveles de ansiedad que enfrentan los estudiantes de medicina en la actualidad con respecto a su rendimiento académico y como estos podrían estar canalizándola o combatiéndola. Se tiene en cuenta que los horarios de trabajo variables, largas horas de jornada y períodos de guardia, son prácticas cotidianas muy comunes en los médicos y profesionales de la salud, tanto durante su formación como a lo largo de su actividad profesional que logran aumentar los niveles de ansiedad; estas exigencias laborales conducen a pérdida del sueño, disrupción del ritmo circadiano y fatiga física y mental1.
Aunque todos estos fenómenos aparentemente se reproducen a nivel mundial, la manera de lidiar con estos puede cambiar de cultura a cultura y de país a país por ejemplo, en un estudio realizado a estudiantes de medicina de Perú se encontró alta frecuencia de pobre calidad del sueño y excesiva somnolencia diurna, las cuales se asocian a consumo de cafeína y tabaco, latencia subjetiva del sueño prolongada, corta duración del sueño, una baja eficiencia subjetiva del sueño y uso de medicación hipnótica2.
Con respecto al consumo de estimulantes, en un estudio realizado a estudiantes de medicina de Honduras se encontró que la droga más utilizada es el alcohol, con consumo recreacional, otros estimulantes de consumo frecuente fueron la cafeína, el mate, las bebidas energizantes y las drogas ilícitas como la marihuana, la cocaína, el diazepam e inductores del sueño y las razones más comunes de su utilización fueron aliviar el cansancio, mejorar el rendimiento académico y aliviar tensiones psicológicas3.
En el caso de las bebidas energizantes y productos de venta libre, se evidencia que el consumo de estas bebidas está asociado frecuentemente a situaciones de riesgo psicosocial y son promovidas como la solución para el cansancio, sin embargo no existe evidencia científica sólida que soporte su uso como agentes terapéuticos, es decir, mejorar el rendimiento físico, cognitivo o el estado emocional; existen múltiples reportes de casos en los cuales se asocia el consumo de bebidas energizantes y sus efectos adversos en una gran variedad de órganos y sistemas, esto debido a que no se conocen con claridad todos los componentes y sus concentraciones en las bebidas energizantes comercializadas, siendo algunos de los componentes más comunes la cafeína y la taurina en altas cantidades, lo que podría explicar los efectos adversos demostrados4.
El uso de sustancias psicoactivas por parte de los estudiantes universitarios para mejorar el rendimiento académico en especial los de medicina, es una práctica común conocida por todos, sin embargo, existe en la actualidad un problema mayor que es omitido por la gran mayoría de las facultades de medicina, el cual es la ideación suicida, el cual es un riesgo que tiende a incrementar a partir del inicio del pregrado de la carrera, esto se demuestra en un trabajo realizado en Colombia, en donde se estudió una muestra de 936 estudiantes de los cuales el 15,7% ha tenido por lo menos un episodio de ideación suicida serio a lo largo de la vida, el 13,9% ingirió antidepresivos durante su entrenamiento médico y un 5% afirmó haber realizado por lo menos un intento suicida5.
En función de todo lo anterior surge una gran preocupación que lleva a las siguientes interrogantes: ¿Los estudiantes universitarios llevados por el estilo de vida y las culturas actuales se ven inclinados al consumo de sustancias estimulantes y/o psicoactivas?, ¿Los estudiantes de la carrera de medicina tienen una inclinación más pronunciada a este consumo?, ¿Es preocupante el efecto que este consumo pueda tener en el desarrollo de las actividades propias de la vida en general de los estudiantes universitarios?, ¿Estamos sobrecargando a la juventud universitaria con grandes dosis de ansiedad y no se hace nada al respecto? ¿Esto puede conducir a tener en el futuro una sociedad cada vez más dependiente de sustancias psicoactivas? Todo esto debería ser estudiado a mayor profundidad ya que es de especial consideración que los estudiantes de medicina estén en óptimas condiciones de salud, ya sea en el ámbito físico, mental y social para poder lograr ser profesionales de la salud capaces de ayudar a la sociedad.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.