Después de haber revisado el manuscrito que reflexiona sobre la estrategia que se debe desarrollar en las universidades europeas1, se concluye que los aportes son significativos porque resaltan la importancia de la universidad en la sociedad en 2 aspectos claves: la formación y la investigación, que deben estar estrechamente relacionadas. Además, se enfatiza en que la educación superior debe responder al mundo cambiante para enfrentar ciertos problemas: el cambio climático, adaptarse a la transformación digital y las crisis económicas o sanitarias. Por ello, las universidades deben responder a un mundo globalizado.
Por otro lado, se analiza (en el mismo manuscrito) sobre algunos aspectos que amenazan o limitan el desarrollo de las universidades, aparte de su unificación: la autonomía y la libertad debido a factores externos y el financiamiento de las universidades, que muchas veces es insuficiente para cumplir con los objetivos o propósitos que estas se han propuesto.
En la última parte del manuscrito, se presenta un reto o desafío: la cooperación europea transnacional en el ámbito superior. Esto se debe complementar con una educación auténtica que responda a que la universidad forme a los futuros ciudadanos o profesionales para el trabajo, pero en contextos multiculturales2 o interculturales para que conozcan y respeten o valoren otras culturas o permitan una adecuada convivencia entre las diversas culturas que interactúan en un mundo globalizado.
Otro reto o desafío, que se debe tener en cuenta y que se articula con lo propuesto en el manuscrito analizado, es la inclusión o el desarrollo en las universidades de la cultura digital y su influencia o articulación con la enseñanza y la investigación3. Esto supone que todo proceso de enseñanza-aprendizaje, con mayor énfasis después de la pandemia, debe utilizar las TIC para enriquecer los aprendizajes de los estudiantes. Asimismo, en los procesos de investigación también se usan las herramientas tecnológicas, sobre todo para el procesamiento de los datos obtenidos en los procesos de investigación. Por ello, los docentes deben articular en su desempeño la cultura digital, la formación profesional y la investigación científica que responda a una sociedad del conocimiento global.
A lo precedente, se suman otros retos o desafíos, que también se proponen algunas luces en el artículo analizado, pero se deben enfatizar más. Por ejemplo, la necesidad de fortalecer una educación para el desarrollo sostenible que permita mantener la salud planetaria, que se enmarca dentro de los «objetivos para el desarrollo sostenible 2030» que responden a una serie de problemas: el cambio climático, las poblaciones vulnerables, la seguridad alimentaria, entre otros4.
Por último, un reto no menos importante y que las universidades deben tener en cuenta, es la formación de los futuros egresados desde una educación interprofesional que permita un trabajo en equipo y la resolución de problemas de manera conjunta y que mejoren la calidad de los servicios o cuidados que brindan a las personas5. Como consecuencia, esto permitirá resolver problemas sociales de manera conjunta, integrando o cooperando entre distintos profesionales y no solucionar los problemas de manera individual o aislada desde una sola profesión o carrera, como se viene dando en la actualidad. Claro que los problemas se deben resolver también integrando los resultados de investigaciones y con el apoyo de las TIC.
En suma, son varios retos que las universidades deben asumir y desarrollar para responder a mundo globalizado actual: responder a distintas realidades o mundos interculturales, aplicar las competencias digitales que se desarrollen armónicamente con la enseñanza y la investigación, asimismo solucionen problemas a través de la educación interprofesional respondiendo hacia los «objetivos para el desarrollo sostenible 2030».