P-161 - VENCIENDO LAS BARRERAS DE INSULINIZACIÓN
CS Talavera la Real, Talavera la Real, España.
Introducción: La insulina continúa siendo una piedra angular en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2). En la práctica clínica la insulinización se retrasa de manera injustificada, afectando negativamente al pronóstico de la diabetes y aumentando el riesgo de complicaciones. En esta revisión, de un caso clínico, vamos a analizar las barreras que encuentran los pacientes y profesionales para no intensificar el tratamiento con insulina, así como las herramientas que pueden facilitar un cambio en esta tendencia.
Objetivos: Identificar y evaluar las barreras.
Barreras por parte del paciente |
Dificultades por parte del paciente para el uso de insulina |
Ansiedad por la inyección |
Complejidad del tratamiento |
Estigma social |
Factores culturales |
Creencias y valores |
Situación económica y social |
Habilidades y redes de apoyo |
Percepción de empeoramiento de la enfermedad |
Sensación de culpa o fracaso |
Cambio y limitación en el estilo de vida |
Miedo a los efectos secundarios y complicaciones |
Barreras por parte de los profesionales |
Dudas acerca de la eficacia |
Complejidad de tratamiento: aumento de la demanda sobre el profesional |
Percepción de fracaso |
Temor a la respuesta negativa del paciente |
Temor a la falta de cumplimiento por el paciente |
Miedo a los posibles efectos secundarios |
Desarrollar material educativo específico y evaluar su eficacia |
Identificar y combatir la inercia terapéutica |
Promoción de la autogestión |
Mejora de la formación continua |
Material y métodos: La combinación de materiales y métodos puede contribuir a superar las barreras, desde la perspectiva del paciente como de los profesionales, promoviendo una mejor comprensión y aceptación de la insulinización como parte fundamental del tratamiento de la diabetes.
Resultados: A pesar de retrasar la insulinización relacionado con las dificultades por parte del paciente, la ansiedad por inyección, la complejidad del tratamiento, etc. Una vez dado comienzo al tratamiento, el paciente se adaptó de manera progresiva al tratamiento, haciéndole participe, es decir, fue el propio paciente quién aumentó la dosis inicial de insulina en 2 U cada 3 días hasta conseguir que la glucemia basal menor de 130 mg/dl. De esta manera, favorecemos el empoderamiento del paciente y su autogestión. Y por parte del profesional, al ser el propio paciente quien lleva el control, favorece la organización de la práctica clínica; facilitando el logro de los objetivos terapéuticos pactados.
Conclusiones: Tras analizar el caso clínico, podemos concluir que: Es necesario una preparación adecuada de la consulta: revisión previa de la historia clínica y valoración de las intervenciones que se pueden realizar. Individualizar el inicio y ajuste de los tratamientos, hasta conseguir los objetivos. Establecer objetivos pactados con el paciente, para que se sienta participe en el proceso. Detectar y manejar las barreras, del paciente y de los profesionales, a la hora de iniciar el tratamiento.