160/1627 - ¿Una micobacteria en la piel? A propósito de un caso
Médico de Familia. ABS Vilanova Clau Ciutat-ICS. Barcelona.
Descripción del caso: Paciente de 52 años sin antecedentes de interés, jardinero. Después de ir a urgencias, acude a nuestra consulta con un diagnóstico de piodermitis localizada en dorso muñeca derecha de 2 meses de evolución que ha tratado con mupirocina y corticoides tópicos sin presentar mejoría. No presenta sintomatología general, a la inspección se observan 3 lesiones nodulares, algo induradas, no pruriginosas ni dolorosas. Se pauta amoxicilina-clavulánico 10 días, tras 20 días sigue sin presentar mejoría de las lesiones. Se orienta como probable paniculitis y se amplía el estudio con pruebas complementarias. Los resultados para el estudio de paniculitis fueron normales por lo que, 2 meses después, se derivó al paciente al dermatólogo de referencia.
Exploración y pruebas complementarias: En primaria se solicitó: PCR, VSG, ASLO, ECA, RX tórax y PPD, siendo los resultados negativos. El dermatólogo realizó biopsia de la lesión para anatomía patológica y cultivo. Los resultados a los 3 meses fueron: cultivo Lowenstein-Jensen a los 13 días se observa crecimiento de Mycobacterium marinum. Detección de PCR:+ para M. marinum. Anatomía patológica: lesión granulomatosa no necrotizante.
Juicio clínico: Por la evolución de las lesiones y sus características clínicas (3 lesiones nodulares, eritematosas de distribución esporotricoide/lineal y abcesificadas), el dermatólogo orientó el caso como granuloma de las piscinas. Tras los resultados se inició tratamiento con pauta claritromicina durante 5 meses.
Diagnóstico diferencial: Depende de la presentación clínica. En la forma nodular el diagnóstico diferencial incluye: pioderma crónico, sarcoidosis, leishmaniasis, turalemia, sífilis terciaria. En la forma esporotricoide: infección por Sporothrix schenckii, Nocardia, Leishmania.
Comentario final: En las infecciones cutáneas por micobacteria, M. marinum es la más frecuente en Europa. Se transmite por contacto de agua contaminada a través de una herida, pero en muchos casos la causa es desconocida. Lo habitual es el retraso en el diagnóstico por lo que una buena anamnesis y sospechar la infección son fundamentales. Por lo tanto, en lesiones nodulares de larga evolución que no mejoran con tratamientos habituales, tenemos que pensar en micobacterias atípicas.
BIBLIOGRAFÍA
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