Introducción: La hernia inguinal (HI) y el cáncer de colon son unas de las patologías quirúrgicas más frecuentes. Las hernias inguinales pueden contener segmentos de intestino delgado o grueso. Sin embargo, la presentación de tumores malignos en HI es raro ocurriendo en un 0,4% de los casos. Aproximadamente un 10% de las HI se incarceran provocando una obstrucción intestinal.

Caso clínico: Presentamos el caso de un varón de 73 años que acudió a urgencias por distensión abdominal, celulitis en miembros inferiores y fiebre. Se realizó ecografía abdominal objetivando únicamente retención urinaria con globo vesical. Se ingresó en M. Interna para tratamiento antibiótico. A las 48h presentó desaturación brusca e hipotensión siendo necesaria la intubación y la administración de fármacos vasoactivos. A la exploración se objetivó hernia inguinal izquierda no reductible mediante taxis y se solicitó TAC que informaba de “hernia inguinal izquierda complicada que contiene colon descendente con signos de sufrimiento y dilatación retrógrada significativa”. Se decidió intervención quirúrgica objetivando hernia inguinal que contenía colon descendente con una masa tumoral a ese nivel. Se realizó resección segmentaria con cierre del muñón a lo Hartmann, colostomía en fosa iliaca izquierda y herniorrafia. El postoperatorio inicial fue favorable pudiendo ser extubado pero al tercer día postoperatorio comenzó con deterioro de la función renal, fallo multiorgánico y fue exitus a las 48 horas. La anatomía patológica informó de adenocarcinoma de colon.

Discusión: La hernia inguinal y el cáncer de colon son unas de las patologías más frecuentes en el ámbito de la cirugía. Sin embargo su aparición combinada es inusual. Aproximadamente un 10% de las hernias inguinales con contenido intestinal se incarceran convirtiéndose en una urgencia quirúrgica. Revisando la literatura, la presentación de tumores malignos en hernias inguinales ocurre en un 0,4% de los casos, siendo el cáncer de colon el de mayor incidencia. Lejars clasificó esta patología en tres grupos según la relación anatómica con el saco: intrasacular, sacular o extrasacular. El tratamiento debe ser quirúrgico, con protocolo oncológico siendo en algunos casos un reto para el cirujano debido a las condiciones del paciente y campo quirúrgico. En conclusión, ante una hernia inguinal incarcerada debemos considerar la posibilidad de un tumor intestinal, a pesar de ser una patología infrecuente.