Objetivos docentes: Resaltar el papel de la radiografía simple en el estudio de las lesiones óseas. Revisar la semiología clásica, haciendo hincapié en los signos que denotan agresividad. Establecer la estrategia apropiada, una vez alertados por la radiografía, recordando las aportaciones de otras técnicas de imagen.

Revisión del tema: La radiografía sigue siendo la técnica de elección en la valoración inicial de los tumores óseos, a pesar de la aportación indiscutible de técnicas como la TC y la RM. Es mandatorio, por tanto, conocer la semiología clásica y los signos que deben alertarnos. Recordaremos la anatomía ósea normal para posteriormente revisar, ilustrándolo con casos recogidos en nuestro centro, la clasificación de las lesiones osteolíticas. Analizaremos la importancia de la zona de transición, que nos habla de la tasa de crecimiento de la lesión y estudiaremos la cortical y las distintas reacciones periósticas. Por último, hablaremos de las ventajas y limitaciones de las otras técnicas de imagen para establecer la estrategia apropiada para el diagnóstico de la lesión.

Conclusiones: La radiografía es la técnica de elección en la valoración inicial de la patología ósea. Ayuda al despistaje de lesiones agresivas y, por consiguiente, de tumores óseos malignos y a establecer un diagnóstico diferencial aproximado. Por ello, debemos conocer la semiología clásica y detectar los signos radiológicos que sugieren agresividad. Aunque la RM y TC aportan información adicional de gran importancia, que es preciso conocer para el manejo posterior de las lesiones, la radiografía continua siendo la exploración idónea para el diagnóstico de tumores óseos.