Después de leer el artículo «Enseñar y aprender habilidades de comunicación clínica en la Facultad de Medicina. La experiencia de la Francisco de Vitoria (Madrid)» de Roger Ruiz Moral et al.1, en el que enfatizan la importancia de enseñar y aprender habilidades de comunicación clínica en la Escuela de Medicina de la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España, surge la redacción de la presente carta con el objetivo de reafirmar la imperiosa necesidad del aspecto comunicativo afectivo y asertivo entre paciente y médico.
Hoy en día no solo es necesario tener el conocimiento médico y las habilidades prácticas clínicas, sino que también es muy relevante saber dominar las habilidades comunicativas, ya que estas son cruciales para adquirir competencia médica. Cabe resaltar que aprender las técnicas y las habilidades comunicativas desde la niñez y la adolescencia ayudan a expresar mejor las ideas, intenciones, ganar confianza y tener una actitud dialogante en relación con los demás; es por eso que la enseñanza de estas habilidades deben darse desde temprana edad.
Según el superintendente de Susalud, para agosto del 2017, en Perú, hubo cerca de 50.000 quejas relacionadas con la mala atención que reciben los pacientes en centros de salud2. Estas quejas se refieren básicamente al mal trato verbal por parte de los enfermeros, los técnicos y los médicos hacia los pacientes. Pareciera que el personal médico ignorara el objetivo principal de su labor; es decir la parte humanística, ya que en muchos de los casos son ajenos al sufrimiento humano. Este tipo de actitudes son a menudo interpretados inclusive en películas. En una escena de la película Patch Adams3 del director Tom Shadyac, se puede observar a un grupo de estudiantes de medicina dirigidos por el médico guía examinar las dolencias de una paciente, pero como si fuera tan solo un objeto de estudio, ya que ninguno de los estudiantes ni el médico guía le hicieron pregunta alguna, con excepción del estudiante Patch Adams, puesto que fue el único que se interesó por el nombre de la paciente y se dirigió a ella muy amablemente.
Para poder lograr una efectiva comunicación es importante tener en cuenta características tales como la edad, el sexo, el nivel educativo y el nivel socioeconómico del paciente. Se dice que conociéndolas, podemos definir como acercarnos a él, para lograr una comunicación adecuada4.
Para concluir, la comunicación con los pacientes no es meramente verbal; es decir las expresiones del lenguaje corporal e inclusive el silencio forman parte de una buena comunicación. Los profesionales de la salud deben saber interpretar lo que un paciente nos quiere expresar, aun en ausencia de las palabras.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.