Una investigación debe representar un reto y una compleja tarea, ya que, para lograr una alta calidad y relevancia de la misma, se hace necesario un complejo y completo proceso que inicia con la detección del problema, continua con su correcto desarrollo y descomposición, la interpretación de los resultados y las propuestas que puedan conllevar a su solución.
Sin embargo, entre el final del desarrollo de la investigación y su publicación en una revista existe un periodo, donde un grupo de personas con conocimientos científico-técnicos se encargan de editar la propuesta del autor y readaptarlas a las demandas de la revista. Se puede definir como editor a aquella persona que se encarga de dirigir, coordinar, preparar, redactar, corregir y revisar una publicación (revista, libro, periódico, etc.)1.
El estado actual de la producción científica estudiantil ya no muestra al estudiante como un mero aprendiz, sino como autor de sus propias investigaciones, generando aportes a la ciencia. En tal sentido las revistas científicas estudiantiles (RCE) juegan un papel protagónico en la difusión de la ciencia producida en el pregrado, especialmente por estudiantes de las ciencias médicas2.
Estos órganos de difusión científica están formados por estudiantes con facilidades y conocimientos tanto para la investigación como para la redacción científica; sin embargo, este conocimiento es fruto, en gran medida, del asesoramiento de las revistas científicas existentes en la universidad y los estudiantes de años superiores que forman parte del equipo editorial de las RCE.
Generalmente estos estudiantes comienzan como revisores, cerciorándose de la calidad del artículo, la veracidad de su contenido y la validez de los resultados, analizando críticamente los mismos y su repercusión en la ciencia; ya que deben poseer profundos conocimientos de la materia. Esto influye positivamente en el desarrollo de la ciencia y el estudiante, al impulsarlo a definir su línea investigadora y de especialización desde el pregrado.
El editor ocupa un escalón superior en la jerarquía editorial; ya que, además de tener los conocimientos del revisor, debe poder evaluar estratégicamente el artículo, ver la repercusión en la calidad de la revista, la calidad de la redacción y poder controlar el flujo editorial.
Es conocido que, los estudiantes que egresan de las universidades y que durante el pregrado participaron en proceso editorial o poseían reconocida trayectoria en cuanto a publicación científica son captados por las revistas científicas, las cuales los incorporan a sus equipos editoriales. De ahí la necesidad de adiestrar a estos futuros miembros de los equipos editoriales desde su estancia en el pregrado.
Si bien en la actualidad se desarrollan becas de investigación estudiantil, como la beca «Henrich Quincke» en La Habana y la «Iván Pavlov» en Santiago de Cuba, los cuales son espacios científicos donde se ofrecen talleres y sesiones de trabajo que transmiten sus experiencias y conocimientos a las nuevas generaciones; se hace necesario el desarrollo por parte de los especialistas de ECIMED —entidad encargada de las publicaciones en ciencias médicas del país— de las escuelas para editores estudiantiles.
A nivel mundial, algunas revistas y organismos como New England Journal of Medicine y British Medical Journal han generado estrategias de formación de editores. Esta última cuenta con la beca «Clegg Scholarship», que ofrece pasantías editoriales a jóvenes estudiantes de medicina europeos. Sin embargo, la generación de escuelas de editores científicos para revistas biomédicas es un tema pendiente en Latinoamérica3.
En la actualidad, y debido al surgimiento de nuevas RCE en cada provincia del país, constituye este tema una problemática a tratar, para lograr y preservar la calidad de la publicación científica cubana en ciencias de la salud.
Se hace necesario trazar nuevas iniciativas que tributen a un pregrado más fructífero que se traduzca en un mayor desarrollo científico durante el postgrado, así como que potencie la calidad de las revistas científicas cubanas y las investigaciones en ellas publicadas. Esto favorecerá la entrada de las mismas a bases de datos de gran prestigio, lo cual llevará a una mayor visibilidad he impacto, así como un mejor posicionamiento tanto de las revistas como de las instituciones cubanas.
Conflicto de interesesEl autor declara que no existe conflicto de intereses.
FinanciaciónEl autor no recibió financiación para el desarrollo de la presente carta al director.