El problema actual de la violencia escolar es concebido como una problemática psicosocial. A lo largo de los últimos años se ha incrementado considerablemente el grado de violencia en diversos ámbitos. Tras un estudio nacional en el 2015 se encontró que el 36,3% de niñas y niños fueron alguna vez víctimas de violencia psicológica o física por parte de sus pares dentro de la institución educativa a la que asisten; además, que los actos de violencia psicológica o física ocurrieron mayormente en el salón de clases (75,7%), seguido por el patio (39,2%)1.
En este contexto es vital destacar la importancia de la asistencia psicológica en casos de violencia y, por ello, la integración de un servicio psicológico que ayude a proporcionar una atención más efectiva y de mayor calidad en las escuelas. Un análisis bajo un enfoque de atención primaria nos presenta que los profesionales de la salud ejercen un papel importante para crear un ambiente de seguridad2.
El rol del psicólogo como agente de atención primaria en casos de violencia escolar corresponde a las acciones de promoción, prevención e intervención, cuyo objetivo busca favorecer los ambientes protectores en la familia, la escuela y la comunidad. En la mayoría de casos, la atención primaria es el recurso al que se accede en primera instancia, y la violencia escolar, vista como un problema social, busca enfocar su análisis a través de la salud mental de los participantes3.
Se convierte así al psicólogo en una figura clave en el desarrollo equilibrado de una institución educativa. Todos los estudiantes deben ser partícipes de programas de intervención preventiva, de manera que la violencia en la escuela se vea reducida. En un contexto educativo, el psicólogo debe asumir una postura de promoción escolar en la mejora del clima de aula, potenciando el desarrollo de habilidades sociales, la comunicación asertiva, la capacidad de resolver conflictos, entre otras actitudes que puedan sumar para mantener una mejor convivencia.
La propuesta de la psicología en su intervención en el campo de la salud ha estado históricamente basada en un modelo clínico4, de aquí el sentido de esta contribución, que pretende dar un valor a la salud mental y la importancia del psicólogo como agente de intervención psicológica en la atención primaria, cuya postura interdisciplinaria y multiprofesional busca actuar en la promoción de la salud, considerando que esta debe ser anterior a la prevención. De esta forma, la atención primaria representa para los servicios de salud mental, en la escuela, un eje en la detección temprana psicoeducativa.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.