En referencia al reciente artículo de los profesores Félix Gutiérrez et al.1, de la Universidad Miguel Hernández, desearíamos realizar unos comentarios al respecto.
Al igual que los autores compartimos el apoyo a la integración e innovación en la formación médica universitaria, proceso clave para el futuro desempeño profesional. Además deseamos felicitarles por el trabajo realizado, destacando positivamente la integración de la docencia de distintas especialidades médicas a través de una metodología docente y evaluación rigurosa, así como unos resultados positivos.
Los autores mencionan los cambios objetivados en el siglo xxi incluyendo el envejecimiento de la población y el notable impacto de la Declaración de Edinburgo2. Dicha declaración además de proponer adecuar los planes de estudio de medicina a las necesidades de la sociedad, menciona algunos de los principios fundamentales de la geriatría.
Recientemente se ha realizado un estudio sobre la formación en geriatría en las facultades de medicina españolas, pendiente de presentación como tesis doctoral3. Dicho proyecto ha evaluado la prevalencia y las características de la formación de la geriatría en el año 2014, la adaptación a las recomendaciones europeas existentes, las estrategias empleadas para su incorporación en el grado, y ha realizado una comparación con la enseñanza de dicha especialidad en España en el año 2007 y con la formación en otros países. Finalmente se han propuesto unas recomendaciones nacionales para implementar la formación en geriatría en el pregrado que serán difundidas próximamente.
En este estudio se pone de manifiesto que la Universidad Miguel Hernández era uno de los 9 centros en los que no había formación en geriatría en 2014, sobre un total de 40 existentes. Entre las 28 facultades que existían en 2007 y 2014 se observó una evolución negativa en 5 de ellas, incluyendo de nuevo a la Universidad Miguel Hernández, que sí contaba en 2007 con una asignatura obligatoria de geriatría de 4,5 créditos.
En relación con la formación basada en competencias a nivel nacional, este proyecto de tesis ha mostrado una incorporación del 32 y del 47% de las recomendaciones europeas4, en el BOE y en el Libro Blanco de la Medicina, respectivamente. Igualmente, la implantación es baja en los planes docentes de las asignaturas existentes de geriatría, con un porcentaje medio del 42,6%.
Entre las estrategias identificadas, destaca el uso de módulos de geriatría en 30 facultades españolas, estando en 20 de ellas asociados a otras especialidades, destacando cuidados paliativos y atención primaria como las más frecuentes. Esta herramienta ha sido propuesta tanto por la Fundación Academia Europea de Yuste5, la Academia Latinoamericana del Adulto Mayor6 y la British Geriatric Society7.
Por tanto, desearíamos solicitar a los responsables docentes de la Universidad Miguel Hernández considerar trabajar en la inclusión de la geriatría en el grado de medicina de acuerdo con las recomendaciones europeas.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.