Introducción: Los antitiroideos pueden causar agranulocitosis (recuento de neutrófilos inferior a 500/μL); es un evento adverso raro de estos fármacos que aparece en 0,1-0,5% de los casos. No obstante, se debe reconsiderar su uso cuando sea inferior de < 1.000/μL, y ante la aparición de síntomas compatibles con agranulocitosis, se debe interrumpir el tratamiento (ATA 2016). Sin embargo, no hay evidencia de que la neutropenia en pacientes con hipertiroidismo se asocie con un mayor riesgo de agranulocitos inducida por antitiroideos.

Métodos: Analizamos 52 casos de hipertiroidismo por enfermedad de Graves Basedow diagnosticados entre 2014-2020. 8 varones y 44 mujeres con edad media de 46 años (rango 22-74). Estudiamos la presencia de neutropenia al diagnóstico y durante el tratamiento con antitiroideos (metimazol o carbimazol), así como las variaciones del recuento de neutrófilos con el uso de antitiroideos. Clasificamos la neutropenia en leve 1.000-1.600/μL, moderada 500-1.000/μL y grave < 500/μL.

Resultados: El recuento medio de neutrófilos del grupo al diagnóstico fue 3.164/μL, en el 1^er control tras inicio de tratamiento 3.572/μL, y en el 2º control 3.472/μL. 5 pacientes presentaron neutropenia (9,61%), 2 al diagnóstico y 3 durante el tratamiento. Todas las neutropenias encontradas fueron leves (1.000-1.600), sin repercusión clínica y se resolvieron en el seguimiento. Solamente 1 paciente mantuvo la neutropenia desde el diagnóstico hasta el 6º mes de tratamiento. No hubo ningún caso de agranulocitosis.

Conclusiones: Es fundamental conocer la relación entre hipertiroidismo y neutropenia para realizar un correcto diagnóstico y tratamiento. A pesar de las limitaciones de nuestro estudio: la cifra media de neutrófilos en el global del grupo mejoró tras el inicio de antitiroideos, los casos de neutropenia en contexto de hipertiroidismo fueron leves y la neutropenia se resolvió sin desarrollo de agranulocitosis. Esto refuerza la idea de uso de antitiroideos en pacientes con neutropenia leve.