Introducción: La impedancia bioeléctrica vectorial (BIVA) es una técnica sencilla, poco invasiva y reproducible que está cada vez más presente en nuestra práctica clínica habitual. Nos permite obtener información de la composición corporal que va más allá del peso e IMC. Hasta ahora existe poca evidencia de su aplicación en pacientes con TCA.

Objetivos: Detallar las características de composición corporal de pacientes ingresadas con TCA: peso, talla, IMC, masa muscular, masa grasa y ángulo de fase (AF). Valorar la utilidad de la BIVA en la evolución y respuesta a tratamiento médico nutricional en TCA.

Métodos: Se trata de un estudio descriptivo de una serie de casos. Se realizó BIVA a 6 pacientes ingresadas en nuestro hospital con TCA e IMC < 16. Todas ellas eran mujeres. Se continuó el seguimiento, repitiendo BIVA periódicamente a dos de las pacientes que permanecieron ingresadas varias semanas.

Resultados: Se analizaron los datos iniciales de la BIVA de 6 pacientes con TCA: las pacientes presentaban de media un peso de 38,3 Kg, IMC 14,2 Kg/m², MG (masa grasa) 6,95%, IMME (masa muscular apendicular) 4,9 Kg/m² y ángulo de fase 4,9^o. Se realizó BIVA de control semanal en 2 de las pacientes y en ambos casos el vector se desplazó progresivamente hacia el centro.

Conclusiones: El Biavector por sí solo no determina la situación clínica de un paciente. Deberíamos utilizarlo como una herramienta más, a correlacionar con peso, IMC, pruebas funcionales, analítica... para valorar al paciente de forma global y proponer un tratamiento nutricional óptimo. No existe una asociación entre TCA y un cuadrante concreto. Las pacientes que se agruparon en el cuadrante inferior derecho se encontraban en una situación de mayor gravedad. Ambas presentaron un menor ángulo de fase (< 4). Esta técnica permite valorar cambios en cortos periodos de tiempo. Potencialmente, puede detectar una mala evolución durante la renutrición; mediante un desplazamiento del vector hacia abajo.