Leímos el artículo de Eraña et al.1: «En nuestra escuela esto no pasa: percepciones sobre la deshonestidad académica con estudiantes de medicina» donde se realiza un interesante análisis sobre la deshonestidad académica desde la percepción estudiantil. Nos gustaría complementar el tema respecto a un tipo de deshonestidad académica: el plagio.
El desarrollo de la sociedad del conocimiento y el auge de las tecnologías de la información y de la comunicación facilitan la multialfabetización de un estudiante; sin embargo, también facilitan y explotan el fraude académico e intelectual. El plagio se reporta como una de las prácticas universitarias más deshonestas dentro de un claustro universitario. Sus causas se fundamentan principalmente en un desconocimiento por parte de los estudiantes sobre las normas y protocolos de citación y crédito intelectual sobre un autor o una obra. La ética académica permite evitar esta práctica para evitar confundir a un lector y perturbar el desarrollo del conocimiento científico.
Sureda y Comas2 acotan que el 61% de los universitarios españoles encuestados admiten haber cometido plagio para alguna actividad académica. Comas-Forjas et al.3 añaden que los estudiantes reconocen abiertamente que practican el ciberplagio por la comodidad que ofrece, para obtener mejores calificaciones de forma rápida y por desconocimiento de las pautas básicas para la elaboración de un trabajo académico. Son muchos los factores causales del plagio entre los estudiantes universitarios; acorde a Dordoy4 los estudiantes plagian para obtener mejores calificaciones y mejores resultados académicos, por pereza y mala gestión del tiempo hacia el estudio y trabajos académicos, por la facilidad y la comodidad de acceso a material vía Internet, o desconocimiento de las normas básicas para elaborar un trabajo académico.
Al cometer plagio se daña tanto los derechos morales del autor sobre su obra y también los derechos patrimoniales o de explotación. La responsabilidad de dar crédito a los autores o autoras, cuyos textos o ideas se utilizan constituye una obligación ética de consenso en el ámbito académico y social. El plagio afecta la calidad del aprendizaje e importa negativamente en los procesos cognitivos superiores. Evita que se desarrolle la capacidad de pensamiento propio y autónomo e impide que se den actividades de creación intelectual.
Es difícil encontrar que se copie toda una obra, pero sí es frecuente que se tomen textos parciales. Quienes escriben deben informarse sobre los protocolos de citación y capacitarse en la elaboración de paráfrasis. El conocimiento de las diferentes formas de plagio es vital para los actores del proceso educativo. En la educación médica, los planes de estudio deben incluir cursos relacionados a la ética de la investigación, redacción académica, conducta científica, producción científica y técnicas de parafraseo. Esto para evitar que, durante la elaboración de tesis, trabajos de fin de grado, ensayos, monografías, etc., los estudiantes incurran en plagio académico principalmente por desconocimiento de las normas éticas que rigen la producción del conocimiento científico.
La honestidad debe ser la premisa que guie las actuaciones del individuo y lograr que este se dé, es una tarea que va desde que nacemos hasta la tumba. El ajuste a la ética académica implica ser íntegros, no engañar a los lectores y no mentir forjando falsa autoría, dado que el plagio confunde al lector, pues perturba la confianza en la ciencia.
FinanciaciónNo se contó con financiación para la realización de la carta.
Conflicto de interesesLos autores no muestran ningún tipo de conflicto de intereses con respecto al artículo.