PO130 - PAE EN RADIOEMBOLIZACIÓN HEPÁTICA
Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, Santiago de Compostela, España.
Objetivo: Las lesiones tumorales hepáticas, sean tumores primarios o lesiones metastásicas, presentan una vascularización predominantemente arterial a diferencia del tejido hepático en el que predomina la vascularización portal; esta peculiar forma de irrigación permite tratar las lesiones tumorales respetando el parénquima hepático sano. La TARE (o SIRT) permite administrar de forma superselectiva una dosis alta de radiación intratumoral hepática. Los radioisótopos utilizados son el itrio 90 (Y 90) el holmio 166 (H 166). En la actualidad su indicación no es solo como tratamiento paliativo sino curativo o de control de lesiones con un aumento de la supervivencia del paciente. Este procedimiento es realizado en colaboración entre el Servicio de Medicina Nuclear y Radiología Intervencionista, y apoyado por un equipo multidisciplinar que abarca Hepatología, Radiofísica, Enfermería y TSID entre otros profesionales. El objetivo principal es describir el procedimiento estandarizado de la TARE así como las diferencias entre los dos radiofármacos empleados Y 90 y H 166.
Material y métodos: Se realizó una búsqueda bibliográfica en las principales bases de datos con la selección de los artículos más relevantes publicados en los últimos 5 años, para actualizar al máximo la información sobre un procedimiento en constante revisión tanto en la finalidad del tratamiento como en el radioisótopo utilizado. Se revisa la técnica que se realiza en nuestro Complejo Hospitalario y se protocoliza el procedimiento de la TARE en los Servicios de Medicina Nuclear y Radiología de nuestro Complejo Hospitalario, incorporando el PAE a dicho procedimiento.
Resultados: La creación de un procedimiento estandarizado de trabajo con adecuadas normas de protección radiológica, reduce riesgos y complicaciones durante el procedimiento y eleva la calidad asistencial.
Conclusiones: La implementación del PAE de enfermería en la TARE permite una atención más segura y eficaz al paciente, mejora la coordinación entre servicios y previene y detecta precozmente las posibles complicaciones.